sábado, 3 de diciembre de 2011

Los dioses son estrellas negras en el cielo

Los dioses son estrellas negras en el cielo by Murasaki_Koe




Había una vez una persona hermosa que lloraba porque añoraba a la persona que había sido...

Ante un hecho tan humano como divino, sólo puedo dejar salir una furia escondida para exigir a los dioses una respuesta:
Prometéis un cielo para los justos e inocentes...
prometéis vida eterna con salud, amor y nuestros seres queridos...
decidme, oh dioses poderosos, ¿por qué no dar a los humanos un cielo en la tierra donde vivir con grandeza sin dejar de ser lo que una vez fuimos?

¿Tan malo es ser buena persona y creer que se puede arreglar el mundo?

No os molestéis en contestar...ya sé que no estáis.










viernes, 11 de noviembre de 2011

Las cosas que sé

Las cosas que sé by Murasaki_Koe


Sé que mis huellas se las llevará el agua al tontear con la orilla.
Que nada es definitivo, puesto que anochece y vuelve a salir el sol. Y la noche regresa, de nuevo.

Sé que puedo pasar lentamente o veloz por mi sendero junto al océano y que quizás nadie me vea.
Pero también sé que es posible que el viento lleve mi risa y mi llanto a quien lee junto al mar.
Y que la luz de luna señale mis huellas a quien la contempla mientras pide un deseo.
Sé que es difícil que ocurra.
Pero posible.
Y sé, a ciencia cierta, que en la esencia de esos momentos reside la eternidad.










domingo, 23 de octubre de 2011

A veces hay que bajar para subir

A veces para subir, hay que bajar. by Murasaki_Koe




Ya casi vemos la luz del cielo despejado. Y el camino es recto! Ya casi estamos fuera....y aún así, hay que bajar para subir.

Y el miedo serpentea por nuestra armadura.

La indecisión despliega sus espeluznantes opciones.

Y hace frío.

Y hay que seguir bajando. Para subir. Para salir. Para redimirse. Para encontrar el amor. O recuperarlo.
Para comprender. Para seguir adelante. O incluso para terminarlo todo.

A veces para subir hay que bajar primero.
Respiremos hondo y sigamos. Que nadie tenga que empujarnos. Que bajar va en contra de toda natura, pero estamos cerca de la salida, justo al otro lado del espejo.

Valentía y honor. Valentía y esperanza.

Para subir hay que bajar...no importa. Seguiremos adelante.






martes, 13 de septiembre de 2011

Cuando el silencio habla

Abu Simbel. Verano de 2008. by Murasaki_Koe



Qué reconfortante es el silencio cuando se ansía,
y qué pesado cuando se guarda.
Y peligroso.
Porque se endurece. Y se enquista. Y se convierte en roca.
En testigo mudo que soporta el paso del tiempo. Que calla sin otorgar.
Que solo cuenta lo que los demás deducen. O pueden o quieren deducir.
Silencio para siempre. Hasta que llegue la muerte y lo entierre.
Y entonces la roca se convertirá en arena. Y ya no importará lo que presenció,
porque otros estarán mirando e intentado guardar silencio.
O tal vez, hablar.





sábado, 23 de julio de 2011

Querido príncipe azul. Carta II

Querido príncipe azul. Carta II by Murasaki_Koe




Querido príncipe azul:



He pensado mucho sobre lo nuestro y me temo que debo cortar contigo.
Sé que te sorprenderá mucho esta decisión porque no habrás notado ninguna señal que te lo indicase de antemano. Y ahí está el problema: Te he mostrado más señales que en una autoescuela, amor mío...
Mi príncipe, eres y serás lo más perfecto que existe, precisamente porque no existes. Eso te hace irresistible, apetecible, sexy...inalcanzable.
Y será que una va madurando, por no decir cumpliendo años, pero lo de inalcanzable ya me toca un poco la moral. Como te dije en mi anterior carta, ansío mi propia corona. Y no voy a esperar a que nadie me la entregue por la generosidad de su corazón superior. La voy a coger porque la quiero y es mía. Me la he ganado por ser como soy: 
Imperfecta, insegura, algo volátil, pelín soberbia, retraída, soñadora, amante de mis seres queridos, de mis perros, de mis sueños, de mis deseos más altruistas y de los más terrenales...sí esos...por soñarte como te he soñado, por reconocer la naturaleza de tu existencia y saber cómo reflejarla en la mía...por intentar ser mejor persona, por conseguirlo a veces, por seguir intentándolo cuando es muy difícil, por disfrutar de las cosas pequeñas, por saborear los grandes placeres, por estar viva, alteza, por existir. 

No quería ponerme trascendental en esta carta, más que nada porque hoy estoy un poco guerrera, pero no lo he podido evitar. Aunque, tratándose de ti, es decir, de nosotros, merece la pena ponerse seria, respirar hondo y llegar a reconocer lo que me ronda y verdaderamente importa: 
Tu y yo somos uno......Vaya!...eso es una revelación, una que tú tal vez ya sabías. Ahora lo veo claro, por eso has sonreído condescendiente durante esta conversación. Sabías perfectamente que no iba a dejarte, verdad?. No puedo cortar contigo ni conmigo. Estamos unidos para toda mi vida...

Pero, querido príncipe, esto no cambia las cosas, voy a por la corona que está hecha a mi medida, pero ¿sabes qué? me alegra, profunda, íntimamente, que sigas estado ahí, oh ser impresionante de mis avernos y cielos .

Buenas noches amado. Y no me esperes despierto. Te adoro, pero hoy no voy a soñarte, estoy demasiado entusiasmada con mis descubrimientos. Tu descansa, hoy seré yo quien vele tus sueños.

Y más te vale soñar conmigo.







viernes, 15 de julio de 2011

Observar, respirar, observar.

Observar, respirar, observar. by Murasaki_Koe
(Vista de Roma desde el Castillo de Sant'Angelo).


Se asomaba con fingido desinterés tras un velo opaco que casi encubría su existencia.
Eso le hubiera gustado...
Y no me refiero a ver sin ser vista, sino a ocultar dicha existencia. 
Al hecho de no existir.







lunes, 30 de mayo de 2011

Una oración manifiesta



The guardian of the unseen by Murasaki_Koe

Dicen que custodias tumbas y espíritus.
Que adivinas el futuro de aquellos que agonizan.
Que percibes en los humanos lo que algunas personas son incapaces de notar.
Dicen que eras el compañero leal de las brujas. Aunque de eso, lo que sé a ciencia cierta es que os quemaron junto a ellas en la hoguera. Bárbaros ignorantes.
Dicen que tienes poderes sobrenaturales que manejas con ágil discreción. Igual que tu lado salvaje.
Si es cierto todo esto, guarda por favor mis secretos, custodia mis anhelos, percibe mi cariño y no me reveles mi futuro. Me he propuesto diseñarlo yo sola.
Pero no te alejes, te lo pido. Resulta muy agradable tener a un poderoso guardián cerca.



lunes, 18 de abril de 2011

Que no se diga que no lo intentamos

Perpetuo intento by Murasaki_Koe
Perpetuo intento.

A veces alcanzar una meta, un sueño o propósito resulta imposible por mucho que se intente.
O es que no lo intentamos de la forma correcta. 
Pero es que a veces la forma correcta es realmente compleja y esquiva.
Sea de la forma que sea, la huella de nuestros intentos, nos define tanto o más que nuestros éxitos o fracasos. 
Nos dignifica la voluntad. 
Rejuvenece nuestro espíritu. 
E ilumina nuestra oscuridad.
Podrán decir que es imposible, que no lo logramos o que no supimos conseguirlo.
Pero nunca, jamás, podrán decir que no lo intentamos continuamente.






domingo, 10 de abril de 2011

Negro profundo

















Como una tragedia griega plagada de víctimas.
Como una batalla perdida con antelación.
Como un animal amado que no volverá jamás.
Como un suspiro siempre oprimido por la confusión.
Como el tiempo. Como la muerte. Como la envidia.
Como todo aquello que no acaba de vivir.
Y todo lo que murió.
Así es lo que late cada día intentando no extraviar el ritmo. O huyendo de el.
Negro sobre negro. Negro oscuro e intenso. Negro de luto.
Un manto negro ante una inmensidad sin respuestas dignas. 
Tal es su vacío, que no merece siquiera preguntas.
Negro absoluto.



miércoles, 9 de marzo de 2011

Sonidos vacíos






Dicen, susurran, dejan caer, aseveran, dan pie a entender, cuchichean, gritan.
Oigo muchas palabras al día. Muchísimas. 
Oigo demasiado. Pero no escucho respuestas. 
Con tanto ruido resulta muy complicado.





jueves, 3 de marzo de 2011

Querido príncipe azul. Carta I

Como imagen de mis palabras, de nuevo una extraordinaria escultura de MITORAJ que tuve el placer de fotografiar.


Mi querido príncipe:
Después de tantos años, tu rostro siempre oculto ilumina una vez más mis textos secretos.
Tu voz, diseñada en el, para mí, registro perfecto, es la eterna melodía de los libros que leo.
Tus actos, siempre acertados, heroicos e intensos, siguen siendo las columnas griegas de los argumentos que ideo.
Mi querido príncipe, hoy sin embargo te escribo...para cantarte las cuarenta. Porque siempre, repito, ¡siempre estarás conmigo!, pero los tiempos cambian y yo con ellos.
Hoy quiero la corona, pero no la de consorte, sino la mía propia. 
Quiero saber qué hay tras una puesta de sol eterna.
Quiero saber si el caballo blanco que montas está sano y lo tienes bien cuidado.
Saber si, en igualdad de condiciones, tu y yo ganamos lo mismo.
Quiero el futuro perfecto en las novelas, y quiero mi futuro real donde yo soy quien toma mis decisiones.
Por favor, no te molestes, oh mi príncipe adorado, ¡con lo que yo te he soñado en mis sueños!!...no te vayas a enfadar porque no tienes derecho. Porque te he idolatrado rebasando el límite de la autoestima, porque te he dado mis mejores suspiros....y porque, seamos sinceros, no creo que estés tan bueno como aparentas si te quitas la armadura...
Mi querido príncipe azul, en este momento, esta que te escribe va a ocuparse de sus asuntos, así que no me esperes despierto...
Mi querido príncipe, a veces azul, a veces dorado, a veces negro, hoy no voy a soñarte...pero no te vayas muy lejos. Que aunque he aprendido que el mejor de los sueños es el que se vive aún sin haberlo soñado, ¿qué sería de la vida real sin un toque mágico y novelesco?.
Mi querido príncipe, hoy yo, no voy a soñarte...pero mañana buscaré un momento de calma para que juntos escribamos un nuevo pasaje.


Fdo: Tu doncella, tu par, tu creadora.





viernes, 25 de febrero de 2011

La magia de la protección

Me enamoré para siempre de la obra de Mitoraj en el Mercado de Adriano, Roma.
Más tarde, esas mismas esculturas llegaron a mi ciudad.
Rocé el cielo mientras sacaba esta foto.
 
Me gusta pensar que nuestras ilusiones son en realidad sensaciones que nos cuidan y protegen.
Porque siempre velan nuestro sueño haciendo que durmamos envueltos en la esperanza.
Aplacan nuestros temores compensando lo malo con lo que puede ser bueno.
Y reflejan la cara más amable de la persona que somos a través de nuestros deseos.
Las ilusiones son como ángeles custodios que forman parte de nuestra existencia.
Y ahora que lo pienso...para ser una persona que no cree en los ángeles, los nombro muy a menudo...En honor a la verdad, creo que ellos son una de mis ilusiones.


martes, 15 de febrero de 2011

Sin opciones

Curia Hostilia, sede del Senado. Foro romano. Roma.
Tomé esta foto extasiada ante tanta belleza. Mayo de 2010.
Tomamos decisiones libres a diario. Pero una verdad tan implacable como el tiempo es que no lo decidimos todo. Y aunque lo sabemos, siempre nos sorprende comprobarlo. Por eso, cuando sin previo aviso, nos quedamos sin opciones, arrugamos el entrecejo preguntándonos qué ha pasado. Miramos iracundos hacia ninguna parte porque no sabemos a quién exigir cuentas. Buscamos palabras que no llegan porque en el fondo poco se puede decir. ¿Qué es lo que ha sucedido realmente?
Algunos dirán que el destino ha golpeado. Otros que la suerte dejó de acompañarnos. Hay grupitos que afirmarán que un castigo divino nos ha alcanzado... y también que era imposible que no nos tocase porque le toca a todo el mundo...
Yo creo que durante esos golpes rozamos nuestro límite para palpar su forma y decidir cómo remodelarlo. Como si a tientas recorriéramos un laberinto interior buscando la salida. No es una forma tranquila de conocernos, pero es una exploración interesante. Porque yo creo que a veces no hay salida. Pero sí opciones:
Si el destino, o los demás, nos desconciertan con sus apariciones, ¿por qué no abrir una puerta interior que nos lleve a la sala de motores? ¿Por qué no derribar nuestros propios muros, con una demolición controlada, si el destino lo intenta a menudo arrasándolo todo a su paso?.
No creo que consigamos mucho si el susodicho se alía con circunstancias incontrolables, pero no quiero sentirme coartada. Necesito pensar y pensar lo que quiera. Tener mi propia puerta de salida o entrada. Tener opciones. Buenas o regulares. Prácticas o poéticas. Efectivas o simplemente humanistas. Tener siempre opciones. Es decir, tener libertad.
De la valentía para ejercerla, hablamos otro día...



martes, 8 de febrero de 2011

Niña oscura





A veces necesitamos la oscuridad más absoluta para ver qué camino tomar.
Necesitamos olvidar, aunque el precio sea demasiado alto.
Necesitamos soledad, aunque sea fría como la muerte.
A veces necesitamos llorar sangre para saber por qué sonreír.
A veces es toda la vida.



sábado, 29 de enero de 2011

Fuego de pleitesía

Tres brujos. Sus rostros pintados.
Uno de azul profundo. Otro de negro. Una amalgama de colores cubre la cara del tercero.
Una hoguera en el centro los reúne. Las llamas hablan entres ellas, cuchicheando. 
Algunas incluso se ríen de ellos.
Los brujos no se deciden, no hay consenso. No hay claridad.
Las llamas se alzan orgullosas e impertinentes. Ellos bajan la vista. ¿A dónde dirigir la mirada cuando no sabes qué estás buscando?. 
Lenguas de fuego se burlan de los brujos, haciendo que su calor les resulte insoportable.
Se están quemando y la revelación les ha sido negada. El calor es sofocante. 
Y ahogan el fuego. Ya no hay sarcasmo. Sólo el agradable olor a madera y hojas quemadas. El terrible olor a fracaso.
El brujo de azul vuelve al océano. El negro a su tumba. El tercero, se sienta sobre una roca a la espera del amanecer. Tal vez mañana sea un día mejor.
Quizás mañana, el conocimiento quiera estar con ellos. Sólo lo sabrá si espera. Está muy cansado. Pero espera. 
Mañana será otro día, brujo. Puede que mañana sea el día y nunca más haga falta mostrar adoración ciega.  Puede que mañana, el fuego del infierno ya no tenga de quién reírse.
El brujo espera.





viernes, 21 de enero de 2011

Un íntimo reconocimiento

Castillo de Sant'Angelo. Roma.
Tomé esta foto hace varios meses. Y ya entonces me rondaban las palabras. Pero hasta hoy no han tomado forma. Caprichosos instantes...
La vida real gira vertiginosa a nuestro alrededor. Pero de repente, todo parece bajar de intensidad. Casi escuchas un amago de silencio. El tiempo se relaja y ronronea a tus pensamientos...aunque no son ellos los que quieren decir algo. Se trata de una furtiva, espontánea y discreta sensación que sin embargo insiste educadamente en ser atendida...Así que debe tratarse de una sensación de las buenas...
Y por un instante nada gira a tu alrededor, acechándote. Se realiza una conexión, no con los de fuera, ellos están lejos, se realiza una conexión personal, íntima. Hay un conato de sonrisa reflejado en tu rostro. Entornas los párpados. Ningún recuerdo es convocado. Ni siquiera los buenos. Sólo llegan las percepciones. Las antiguas, las habituales, las extraordinarias... Y un reconocimiento se expande cálido por el pecho y golpea tu cerebro con cariño, pero contundente. Ahora sí esbozas esa sonrisa. Leve, enigmática. Tímida y sincera. Y, susurrando, reconoces en tu interior: "Soy afortunada"...
Tan rápido como llegó el aislamiento vuelve la jauría diaria. Pero algo ha cambiado. Recordar sensaciones es un deber del alma. Y hoy has recordado bien.
Algunos le llaman "instante de revelación", otros "momentos de sabiduría". Conozco a personas que afirmarán que ha sido la visita de un ángel. El tuyo. El que te guarda.
Yo lo llamo Reconocimiento. Su ámbito es muy personal, tanto que es de difícil acceso, pero poderoso e insistente. Un espontáneo, necesario e íntimo reconocimiento.
Nuestras profundas sensaciones no nos engañan. Que las escuchemos o reinterpretemos como nos convenga es otra cuestión. Pero ellas están ahí. Siempre. Y cuando encuentran un camino, corren a buscarnos. 





martes, 18 de enero de 2011

Fuego consumido

Existen cosas a las que se les tiene miedo con razón y otras sin base lógica. Pero de esa inquietante maraña de percepciones hay una que me merece un desvelo:
No quiero que llegue un día en el que acerque mi mano a una vela con miedo a quemarme y me sorprenda una tibieza inofensiva porque ya no quema. Porque ya no hay más. No quiero que eso suceda. Y si es necesario, lo añadiré a mi lista de temores para tenerlo presente.
Las batallas tienen su momento. Quedarse fuera es peor que la derrota. Quedarse fuera es consumirse de forma anónima hasta llegar a la aplastante tibieza. ¿No habría que temer a eso?.



lunes, 17 de enero de 2011

El destello de un instante

Todo transcurre con normalidad, es decir, mejor de lo que nos parece, peor de lo que nos gustaría y nunca a gusto de nadie, y repente, sin previo aviso ni lógica al menos aparente, surge un impulso desde nuestro interior, una llamada a nuestra conciencia que, muy despierta ella, se queda desconcertada. ¿Qué acaba de pasar?.
Existen varias opciones:
1 La sensación de un recuerdo nos ronda el alma. Y no tiene por qué ser un recuerdo triste, de los  no superados. Puede ser uno feliz o singular al menos...
2 Un deseo se nos escapa de la cámara acorazada de nuestro corazón y rebolotea en nuestra garganta en forma de suspiro. Ya estaba harto de estar encerrado...
3 Una ira oscura asalta nuestra cotidianidad y nos convierte por un momento en una persona más seca. ¿Qué le pasa a fulanita? Pregunta la gente-maniquí de alrededor. Fulanita sufre una pequeña acidez emocional. Debería haberle cantado las cuarenta a aquella persona infame. Pero no lo hizo. Por falta de reflejos, por decoro social, por cobardía o por prudencia. Pero reconcome. Y no es agradable...
4 Estás parada, relajada incluso, pero por un mili segundo, te falta el aliento. Un amor denso y cálido se abre paso en la mente en forma de imagen romántica, erótica incluso. "¿Desde cuándo no le digo, mirándolo seriamente a los ojos, que le quiero y le deseo?". Tal vez hace sólo unas horas, pero si esta sensación está presente, es que no ha sido suficiente...
5 El impulso de saltar se presenta en nuestra mente con el tiempo justo de que el cerebro de la orden a las piernas de no hacerlo. "Falsa alarma chicas, no es un salto de verdad. A este cuerpo le ha venido una idea loca y no sabe dónde ubicarla. En cualquier caso no es problema nuestro. No saltar, repito, no saltar". Ha sido sólo una idea, esa que un día tuvimos y a la que ignoramos por poco viable, por temeraria, improcedente o demasiado reveladora. Pero si ha salido de su rincón, es que necesita reivindicar su existencia...
6 Una melodía un poco distorsionada de la real, y tarareada sin pudor, aletea en nuestra cabeza queriendo salir y volar contra el viento, al aire libre. Cuando tarareamos de forma inconsciente, relajada, graciosa para los que nos ven, y plácida para nosotros mismos, es que nuestra alma, el corazón, la mente y sus recuerdos nos han dado un respiro. La persona que somos está en pausa, y surge la esencia, nuestra esencia, para interpretar un tema musical que acompañe a ese instante de paz...
Bien. Esa persona que canta somos nosotros. Nuestro yo más personal. El original. El auténtico. Y da gusto escucharnos. Y ¿por qué da gusto?, porque ¿en el fondo somos mejor de lo que creemos?, porque ¿esa parte de nosotros está intacta o tal vez se ha hecho más fuerte?... Desde luego, por algo será...
En cualquier caso, los destellos de los instantes nos transmiten mensajes muy valiosos, muy personales y explícitos de lo que surge, crece y evoluciona diariamente en nuestro interior. Y aunque nuestra conciencia se quede un poco desconcertada con estos destellos y sus asaltos, ojalá que nada nos haga olvidar cómo se tararea.



domingo, 16 de enero de 2011

Rosas para un ataúd

Sobre su ataúd, deseaban tres rosas negras. Una por cada sueño perdido.

El primero, el que nunca fue, el que nunca existió salvo en el destello fugaz del entusiasmo pre-adolescente.
El segundo, el que fue, para bien y para mal, para brillar y deslucirse.
Y el tercero, el verdadero, el que siempre estuvo y jamás salió, el motor incansable sin ninguna puesta a punto, el que permaneció de pie, aunque nadie lo vio, aquel conocido como "la esencia".
Tres rosas negras, secas y muertas, sobre un ataud laureado de cariño, de congoja, de remordimientos y de envidia. También de respeto. De recuerdos. De amor.

Que el fuego arrase la vida y la muerte para regenerar el espíritu de la existencia. Que el fuego se lleve lo malo y lo cobre con lo bueno. Que el fuego diga bien alto: "Quemo estas rosas y las convierto en cenizas, quemo lo que veis. Y aún así, ni yo puedo desintegrar el anhelo que guió a este ser".

Descansemos en paz.



martes, 11 de enero de 2011

Profundas frivolidades

El apego a las cosas materiales no está bien visto en ciertos sectores o determinados momentos, y con razón. Aunque no siempre. Detrás de esa garra invisible que dirige nuestro deseo hacia ciertos objetos, hay a veces proyectada una justificación poderosa que nada tiene que ver con lo mundano. Pongo un ejemplo, y no lo haré con un diamante porque no lo tengo, porque no lo quiero y porque, pese a ser bello, su estigma social me apena y me irrita.
Un coche?...un bolso?...un reloj tal vez?...ya lo tengo...una muñeca.
Por muy cara o barata que valga, por muy nueva o antigua, por muy bella o feísima que sea, es un objeto. Inerte. Frío como no esté al lado de un horno. Sin sentido, a menos que gire en torno a una historia...Si ese es el caso, entonces su valor puede subir y dispersarse como la espuma. Porque hay un momento frente al objeto deseado, frente a esa muñeca que para los demás es un trozo de plástico sobrevalorado, en que te ves reflejada en sus pupilas. Y como por arte de magia, conectas con la sensación de inocente incertidumbre que sentías en aquel tiempo. Llegan así las percepciones que chocaban unas con otras dentro de un alma infantil, las risas silenciosas al contemplar mundos invisibles y mucho mejores que el real, los cuentos que seguro, seguro, seguro, se harían realidad en el futuro, la imagen de la persona adulta que serías algún día...también seguro. Llega lo mejor de ti misma en aquel momento, que vuelve a ser lo mejor de ti misma ahora, al menos, la sensación más honrada. Llegan las voces de los seres queridos, más jóvenes y vibrantes, que te llamaban por tu ridículo diminutivo, ese que ahora con tanta nostalgia se pronuncia. Llega, casi, el olor de la ropa y el desayuno. Y los sueños que soñabas, tan jóvenes como entonces. Y estás tan cerca, tan dentro de aquel interior tuyo, que compruebas agradecida que no se había ido muy lejos. Y el sentimiento de seguridad te envuelve porque aquello conocido es ahora más real que nunca a través de la memoria. Y se completa un círculo. Y vuelven las expectativas. La persona que serías. Y sí, en la que aún te puedes convertir, porque al fin y al cabo, has comprobado que sigues ahí. Y hace calor. Un calor agradable que poco a poco cubre tus hombro, tiñe tus mejillas y se desborda en tus pestañas. Estás emocionada porque sientes cómo se calienta tu corazón. El mismo que late entusiasmado como el de un cachorro...
Tengo apego a ciertos objetos que son, lo admito, frivolidades monísimas. Pero estas muñecas...pocas cosas pueden competir con ellas. A ver cómo se tasa eso...




sábado, 1 de enero de 2011

Lista de buenos propósitos

01 Aprender a recordar lo malo sin revivirlo.
02 Resolver ciertos conflictos emocionales.
03 Comprarme el anillo con perfume sólido "Daisy" de Marc Jacobs.
04 Viajar a la primera tienda europea de Taylor en Amsterdam.
05 Pintarme de negro las uñas más a menudo.
06 Fotografiar la lluvia mientras cae. Con nitidez.
07 Encontrar aquella canción de la que no sé el título y no me acuerdo de cómo tararear.
08 Volver a ver de nuevo "La Pimpinela Escarlata".
09 Imaginar un mundo sin daños colaterales aunque sea por un sólo instante.
10 Ver a Fernando Alonso como tricampeón del mundo y a Hamilton cumpliendo sanciones.
11 Leer "El guardián entre el centeno".